Los lenguajes artificiales
aquellos que están diseñados para servir a un propósito específico, por ejemplo,
la lógica matemática o la informática, también se llaman lenguajes formales. El
lenguaje de programación es un lenguaje formal que consiste en la creación de
códigos y reglas específicas que procesan instrucciones para los ordenadores
.
Su propósito, es captar todos los
matices y complejidades del objeto de estudio con total precisión. Un claro
ejemplo del uso de estos lenguajes es la matemática, que permite formalizar con
precisión teorías físicas y los lenguajes de programación para transmitir
órdenes a las computadoras para que ejecuten ciertas tareas.
Estos lenguajes, al ser
creados de forma metódica, regidas por convenciones arbitrarias establecidas
por especialistas, requieren de la voluntad de aprendizaje para ser usados con
propósito y tienden a su universalización y a un uso restrictivo en sus diversos
diversos ámbitos científicos, o contextos técnicos o comerciales.
Entre los lenguajes
artificiales se distinguen los lenguajes técnicos y formales.
Existe una clasificación que
agrupa las lenguas artificiales a priori (sin conexión con las lenguas
históricas), y las lenguas artificiales a posteriori (que sí parten de las
lenguas naturales conocidas). Por otro lado, una clasificación que tiene en
cuenta los fines específicos de cada lengua creada y comprende tres tipos:
Lenguas lógicas.
Lenguas auxiliares.
Lenguas artísticas.
Lógicas
Las lenguas lógicas,
filosóficas o analíticas se basan en la lógica formal y a menudo se conforman
mediante fórmulas impronunciables; tienen amplias conexiones con los
metalenguajes y con los lenguajes informáticos; muchas veces pretenden, como en
el caso del lojban (Logical Language Group, 1987), ser una llave para la
traducción automática, una herramienta científica y una forma de aproximar el
lenguaje humano al de las máquinas para salvar la ambigüedad de los idiomas
naturales.
Entre estas lenguas se
encuentran las proyectadas en el siglo XVII por René Descartes (1628), por el
también filósofo y matemático Gottfried Leibniz (Lingua Generalis, 1678), y
la Real Character, del obispo inglés John Wilkins (Essay towards a Real
Character, and a Philosophical Language, 1668), así como la Lengua
Universal, del sacerdote español Sotos Ochando (1845).
Auxiliares
Las lenguas auxiliares
pretenden servir como medio de comunicación entre hablantes de lenguas
distintas de todo el globo terráqueo; dentro de ellas se distinguen dos grupos
principales: las esquemáticas y las naturalistas.
Esquemáticas: ponen el
énfasis en la lógica de sus reglas de construcción, y, aunque extraen su
vocabulario de las lenguas naturales, resultan apenas legibles para quien no
las conozca. Dentro de estas se encuentran el esperanto (Ludwick Lejber
Zamenhof, Lingvo internacia. Antauparolo kaj plena lernolibro, 1887), que
incluso ha tenido versiones posteriores, y el ido (Louis Couturat y Louis de
Beaufront, 1907).
Naturalistas: son sobre todo
versiones simplificadas y actualizadas del latín e incluso del griego; a pesar
de ser menos regulares que las anteriores, son bastante legibles para los
hablantes de lenguas romances. Ejemplos de las lenguas naturalistas son el
Latino sine flexione (Giuseppe Peano, Rivista di Matematica, 1903), el romanal
(Alfred Michaux, 1909), y la interglossa (Lancelot Hogben, 1943), de raíces
griegas y latinas, articuladas según un sistema sintáctico parecido al del
chino. En el siglo XX hay muchas otras que son “recreaciones del latín”; y
existe incluso Apolema, 1907, un proyecto de griego clásico simplificado.
Artísticas
Las lenguas artísticas o
literarias creadas para mundos privados, generalmente secretos, o para mundos
utópicos o ucrónicos (fuera de un lugar o tiempo conocidos), son lenguas de
mundos literarios que alimentan una ficción.
En el siglo XX se destacan
las lenguas de J. R. R.Tolkien (quenya, sindarin...), de libros como El
señor de los anillos; el klingon o tlhlngan Ho,’, de Star Trek (James Doohan y
Marc Okrand, 1984); y otras relacionadas con juegos como el Role Playing Games.
También puede hablarse de lenguas personales como la lingua ignota, de la
religiosa Hildegarda de Bingen (patrona de los esperantistas).
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